Caminamos ciegos
somo ciegos
todos.
No podemos ver el
camino al menos
que el camino se
deje ver
y de ser así la vida
pierde gracia.
Nadie quiere ver donde
va a pisar
por temor.
De niño le temía a los monstruos
y tapaba mi cabeza con las sábanas
y cerraba los ojos fuertes
y no me atrevía a mirar
por temor a que allí hubiese un monstruo
o algo peor
por temor a que en realidad
no hubiese nada.
El agua calma la sed
pero no sabremos nunca
en que momento de nuestras
vidas vamos a tener sed.
No hay comentarios:
Publicar un comentario